Miriam Coronado, alumna de cfgm peluquería. Rende (Italia)

Aún recuerdo el día que dijeron los seleccionados para irnos de Erasmus, fue una sensación de adrenalina y alegría única. Pero no fue hasta el día de coger el avión que me di cuenta a lo que realmente me enfrentaba.

Mi experiencia la podría dividir en dos partes.

La primera es la parte mala que duró unas 3 semanas, aquí te acuerdas de todo y de todos, echas de menos las más pequeñas cosas y sobre todo lloras, lloras muchísimo y es cuando te preguntas ¿qué hago aquí? o ¿en que maravilloso momento se me ocurrió echar la beca?. Llegue al punto de buscar avión de vuelta porque pensé que no podría aguantar 3 meses aquí sola, y si lo hacía acabaría loca. Pero quise aguantar y terminar esta experiencia con la que tantas veces había fantaseado, además ya nos habían avisado de que las primeras semanas son muy duras.

Yo y mis compañeras éramos muy diferentes, además ellas eran amigas de antes y yo me sentía un poco aislada y por si no fuera poco el barrio tampoco ayudaba, puesto que estaba alejado de todo y muy mal comunicado, los autobuses se acababan a las 19:30h y si lo perdías tenías que subir a oscuras una carretera en cuesta donde pasaban los coches a gran velocidad.

Pasaban los días y yo seguía sola y aburrida, me veía las series de netflix por días, mientras lloraba claro.

Ahora pienso que solo fueron 3 semanas pero estando aquí todo se intensifica muchísimo, tanto lo bueno como lo malo.

Como no encajaba con mis compañeras de piso y no veía un cambio a corto plazo decidí tomarme esto como un reto, pero claro no era nada fácil y justo cuando estaba a punto de tirar la toalla llegó una nueva compañera de piso, no sabía yo en ese momento que sería la que me salvaría de perder la cabeza.

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Además no vino sola, vino con dos chavales más. Al principio no parecía que fuésemos a encajar, ellos son de Pamplona con prejuicios del sur y yo del sur con prejuicios del norte, pero todo lo contrario, eso fue lo que nos unió, nuestras diferencias.

Y justo aquí es donde empieza la segunda parte, donde de verdad empieza mi Erasmus.

Los primeros días de ellos llegar, durmieron en el suelo de nuestra casa porque no tenían donde dormir. Esto hizo que fuésemos cogiendo confianza. Y cuando les dieron una casa nos invitaron a irnos a vivir con ellos, y al mes de estar aquí nos fuimos a convivir los 4.

 

Esta ha sido la mejor parte, la convivencia con ellos las risas, las bromas, las fiestas de pijamas, horas y horas de jugar a las cartas y mil de historias y anécdotas que contar, aunque no todo ha sido bonito también hemos discutido por saber a quién le tocaba barrer o por quien hacía la comida pero incluso ahí cuando lo arreglábamos nos reíamos los unos de los otros.

 

También hemos conocido a italianos con los que hemos hecho amistad y nos han llevado a sitios que no hubiésemos conocido sin ellos. Quizás esta ciudad no sea la más bonita pero si está llena de gente maravillosa.

Mi experiencia en el ámbito laboral ha sido buena aunque no haya aprendido muchas cosas, los compañeros han sido siempre muy buenos conmigo y me han ayudado muchísimo con el italiano.

 

Respecto a lo personal solo tengo que decir que ha sido una experiencia increíble que repetiría mil veces y que me llevo recuerdos para toda la vida. Creo que después de esta etapa en mi vida he mejorado en varios aspectos como puede ser la timidez, la madurez, en independencia…

Así que si estás pensando en irte de Erasmus te animo a que lo hagas, pero teniendo muy claro que los principios no son buenos pero tranquilo porque siempre sale el sol.